La retinopatía diabética es un deterioro progresivo de la retina del ojo causado por diabetes crónica. Esto lleva a una ceguera total. La retinopatía diabética se da como resultado de daños severos en los vasos sanguíneos de la retina, lo que se conoce como alteraciones microvasculares retinales. La hiperglucemia permanente provoca la muerte de los pericitos de los vasos sanguíneos y el engrosamiento de la membrana basal lleva al deterioro de las paredes vasculares, lo que provoca que los vasos sanguíneos se vuelvan mucho más permeables, alterando la barrera hematorretiniana.
Existen dos tipos, o fases, de retinopatía diabética:
1) Retinopatía diabética no proliferativa: es una fase temprana donde los vasos sanguíneos se agrandan en ciertos puntos (microaneurismas) o se bloquean y puede haber pequeñas hemorragias que drenan hacia la retina.
2) Retinopatía diabética proliferativa: es la forma más avanzada y severa de la enfermedad; en forma anormal nuevos vasos sanguíneos comienzan a crecer en el ojo; estos son frágiles y provocan hemorragias, lo provoca un proceso de cicatrizaciones en la retina y en otras partes del ojo. El resultado final es la pérdida de la visión.
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